EUGENIO FRUTOS POETA RESCATADO

EUGENIO FRUTOS POETA RESCATADO
Diario ABC, 21  de Enero de 1982

Cada grupo intelectual. cada generación artística, poseedora de una determinada sensibilidad, portadora de ciertos y determinados valores espirituales, suele tener una raiz más o menos definida; esta raiz, a su vez, tiene un fundamento de carácter individual o colectivo, con influencia capaz de hacer girar hacia nuevos rumbos ideales estéticos de la juventud. En el siglo XVI se renovó la lírica castellana porque el veneciano Andrea Navajero, en trascendente encuentro coloquial en la ciudad de Granada con el poeta  Juan Boscán, suscitó en éste el gusto por versificar al "itálico modo", adoptado más tarde por Garcilaso de la Vega con aquella sabia, fluida y dulce manera con que supo cincelar sus endecasílabos de oro.

Frecuentemente, en torno a una revista literaria, como "alma máter"  que alimentara el espíritu recién surgido, es donde se ha concretado, mediante ensayos y poemas, la ideología y las fórmulas expresivas puestas en circulación por los sustentadores del nuevo movimiento literario. No es raro, por otra parte, que sea un manifiesto o proclama lanzado por algún conspicuo del grupo el medio por el cual se den a conocer sus propósitos. O bien que un acontecimiento cultural de primera magnitud, tal como el aniversario de alguna figura descollante de nuestra literatura, sea lo que conmueva la inercia, la atonía creadora de los viejos cultivadores de las letras.

En "Alma Española" velaron sus armas los escritores del "noventa y ocho", aquellos que en el 13 de febrero de 1901 conmemoraron el aniversario de Larra, visitando su tumba en el cementerio de San Nicolás, en cuyo acto le dedicó a Martínez Ruiz  -"Azorín"- su discurso, reconociéndole como mentor y guía : "Maestro de la presente juventud es Mariano José de Larra. Sincero, impetuosos, apasionado". En la revista "Litoral", de Málaga, agavillaron sus versos los poetas del 27; en "Grecia", sevillana primero y madrileña después, los "Ultras" de Xavier Bóveda y Guillermo de Torre, tras un "Manifiesto de la juventud literaria"; y en "Garcilaso", los de la "Juventud Creadora", a quienes el prosista Pedro de Lorenzo, como integrante y animador de ella, diera esta consigna : "La creación como patriotismo".

Fue "Litoral", como ya se ha dicho, la revista que, a través de los nueve números publicados, aglutinó e hizo coherente la tarea poética de las figuras más representativas de la generación del 27. Y no sólo en sus páginas periódicas, porque los dice suplementos que editó, germen ilusionado de una proyectada biblioteca de autores nuevos, consolidaron las afirmaciones y modos de hacer comunes. Aprovecharon  - todos lo sabéis - la oportunidad de un hecho temporal, de un hecho circunstancial y, no obstante, de valor trascendente, para adherirse a una fórmula creadora; fue esta circunstancia el centenario de Góngora, autor por algún tiempo preterido, y que ellos revalorizaron con la introducción en sus producciones estéticas de una buena carga de intelectualismo. Quizá por  aquello que decía Valéry de que "una poesía debe ser una fiesta del intelecto". 

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